1973, francesa y comadrona.
Empieza a escribir después de la muerte por leucemia de uno de sus tres hijos.
304 páginas. Narrativa.
Hace demasiado tiempo que Julie ha dejado de creer en los cuentos de hadas, en la bondad y todas esas patrañas. Con apenas veinte años, es cajera de un supermercado donde aguanta las impertinencias y el acoso de su jefe por miedo a perder el puesto. No se lo puede permitir, necesita ese trabajo. Es madre soltera y tiene que valerse por si misma, ya que su familia le dio la espalda cuando se quedó embarazada del pequeño Lulú, un niño de tres años adorable.
Pero un día un desconocido le tiende una mano por pura generosidad. Conmovido por su situación familiar, Paul, un cliente del supermercado, la invita espontáneamente a pasar con el niño unos días en la costa brenota junto a él y su hijo Jeròme. Reacia en un primer momento, la joven madre acaba aceptando la propuesta sin saber que estas vacaciones van a cambiar sus destinos para siempre. Un viaje de no retorno y una cadena de sucesos inesperados mostraran a Julie la cara más triste pero también la más amable de la vida...
El libro está bien.
La primera parte me gusta más que la segunda, hay una cosa del final que no me termina de convencer.
Hay alguna parte en la que no puedes evitar soltar alguna lágrima, la parte dramática y no es de emoción si no de pena. Luego está la parte amable donde demuestra que todavía hay gente buena, la superación y algún punto divertido.
Se lee muy rápido, fácil y es directo. Está escrito de forma sencilla y amena. Es corto pero intenso.
Lo recomiendo.
Se me amontonan los libros que tengo pendiente de leer... y este tiene buena pinta
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